Dominique-Marie Varlet (1678-1742):
(Continuador de la Sucesión Apostólica Católica Antigua)
Dominique- Marie Varlet nace en París el 15 de marzo 1678. Hijo de Aquiles Varlet, conocido bajo el nombre de señor de Verneuil, su tío, Charles Varlet, el famoso “Grange”, colaborador y amigo de Molière, había ganado renombre en diversas etapas en París antes de convertirse en miembros de la Comédie-Française en sus inicios en 1680.
Poco se sabe de su madre, Marie Vallée, lo que nos llega de ella es que era hija de un sombrerero parisino, que ella también había estado en el teatro y que era mucho más joven que su marido. Los Varlets habían tenido siete hijos, sólo tres de los cuales alcanzaron la edad adulta: Jean-Achille, nacido en 1681, abogado en el Parlamento de París, en 1720, Marie-Anne, la más joven de la familia, que estaba casada con Antoine Olivier, un abogado en el Châtelet y nuestro obispo Dominique-Marie.
El joven Dominique había sido destinado como era la costumbre en su tiempo, desde temprana edad al estado eclesiástico. Se matriculó en el Seminario de Saint-Magloire en París, que fue dirigido por los Oratorianos, luego, en el Colegio de Navarra (uno de los colegios de la Universidad de París), donde estudia para graduarse en el bachillerato (1701), luego licenciado y después hace un doctorado en Teología en la Sorbona (1706). Fue en Saint-Magloire que entró en contacto con dos conocidos Jansenistas con los que se vuelven grandes amigos, Jacques Jube, el futuro liturgista y Jean-Baptiste-Paulin d'Aguesseau, el hermano del Canciller de Francia, Henri-François d'Aguesseau.
A través de su padre, que en ocasiones se retiraba a su casa de campo cerca del famoso lugar de peregrinación de Mont Valérien, Varlet ya había entrado en contacto con la Congregación de los Padres del Calvario, en 1699 había pedido la admisión y había sido aceptado como miembro de esta Comunidad. Todos estos círculos, que fueron impregnados fuertemente con el Jansenismo, iban a contribuir no poco a la determinación de su orientación futura.
En 1706 fue ordenado sacerdote, tiene 28 años, el Padre Varlet comienza una intensa actividad pastoral, fue destinado inmediatamente a las parroquias en los suburbios de París. En 1708 lo designan como párroco en Conflans-Sainte-Honorine donde continúa su apostolado sacerdotal: confiesa, predica, unge enfermos, celebra la Eucaristía.
El Padre Varlet quiere ser misionero, tres años más tarde, ante todo tipo de dificultades, se decide y va a ver a los directores de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y pide ser admitido con el fin de dedicarse a la evangelización de los paganos, como lo había deseado hacía mucho tiempo, en 1712 renuncia al cargo de párroco y llega a ponerse a disposición de sus nuevos superiores.
Es designado a restaurar la misión de la Tamaroas (Cahokia, ahora East St Louis, Illinois, Estados Unidos de América del Norte) para evangelizar a los indios de la Nueva Francia, labor que realiza con toda devoción desde 1713 hasta 1718, aquella misión se había mantenido prácticamente sin sacerdote desde la muerte de Marc Bergier en 1707. Varlet zarpó de Port-Louis (Morbihan) a finales de enero de 1713 y el 06 de junio llegó a Mobile Bay, Alabama.
A su llegada sufrió un ataque de disentería que casi se lo lleva, ante esto, tuvo que resignarse a quedarse donde estaba con sus compañeros religiosos, Davion Albert y François Le Maire, a la espera de circunstancias más favorables que le permitieran avanzar a la ciudad de Illinois. El apostolado fue difícil, inicialmente el ardoroso misionero Varlet se desanima, sus primeras impresiones fueron en general negativas, lo escribe en sus cartas, los misioneros eran pocos en número, y las dificultades que encontraron en su apostolado entre las tribus primitivas, quienes eran sorprendentemente ásperos eran demasiado grandes para afrontar.
Pero nada de esto hace retroceder al anhelo misionero del Padre Varlet, quien con esmero e ingenio logra sembrar la semilla del Evangelio.
Con el tiempo es designado Vicario General del obispo, fue llamado a París por sus Superiores y dejó Quebec a principios de octubre de 1718; había pasado un poco más de 13 meses en la capital.
El 13 de noviembre se encontraba en La Rochelle y quince días más tarde en París, donde se enteró de su nombramiento como obispo coadjutor del obispo de Babilonia, Monseñor +Louis-Marie Pidou de Saint-Olon. El 19 de febrero 1719, en París, fue consagrado obispo titular de Ascalon. El obispo consagrante fue Monseñor +Jacques de Matignon Goyon, obispo emérito de Condom y entre los demás prelados consagrantes estaba +Louis-François Duplessis de Mornay, coadjutor del obispo de Quebec. El mismo día Varlet recibido cartas de la Congregación para la Propagación de la Fe, que le informaba de la muerte del obispo de Saint-Olon e instándole a que se fuera tan pronto como sea posible para tomar su cargo como obispo titular de Babilonia.
En su prisa se olvidó, de manera consciente o no, requerir al Nuncio papal, entre cuyas manos se suponía, según lo prescrito por Roma, debía pronunciar el Juramento de fidelidad a la Bula Papal Unigenitus Dei Filius, que había sido proclamada el 08 de septiembre 1713 y que condenaba como heréticas las 101 proposiciones jansenistas procedentes de las Reflexiones morales sobre el Nuevo Testamento (edición 1699) del oratoriano Pasquier Quesnel.
Se fue a Babilonia, durante su viaje a Persia, en 1719 se detiene en Holanda, donde se enteró de la Sede vacancia, es decir, que la sede episcopal de Utrecht estaba vacía, porque el Obispo de Roma había negado a considerar al candidato propuesto por el Cabildo de la Catedral de Utrecht, el canónigo Cornelius Wuytiers-Steenoven sospechoso de ser afín con el Jansenismo.
Desde que vio que en la ciudad había tantas personas sin recibir el Sacramento de la Confirmación, Monseñor Varlet acordó confirmarlas, luego de esto reemprendió el viaje hacia su obispado en Babilonia.
A su llegada a Persia a principios de noviembre de 1719 se vio interceptado por un Decreto de la Congregación para la Propagación de la Fe donde lo suspendían del ejercicio de todas sus funciones religiosas, tras la confirmación de que había ministrado en Holanda.
Ante el "descuido" de no pronunciar el Juramento a las disposiciones papales y el hecho de ministrar el Sacramento de la Confirmación sin la autorización del Papa fue fatal para Monseñor Varlet, no le faltan sinsabores.
Se va de nuevo a Europa obligado a volver sobre sus pasos, donde contaba con la posibilidad de trabajar para su justificación, su esfuerzo es en vano al tratar de conseguir que sea levantada la prohibición. Se domicilia en los Países Bajos. No pasó mucho tiempo para que las circunstancias le llevaran a identificar su causa con la de los jansenistas holandeses.
En 1723 se convirtió su situación en un recurso contra la Bula Papal Unigenitus Dei Filius y así permaneció hasta su muerte, a pesar de los esfuerzos realizados por François de Montigny, Procurador de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París con sede en Roma para regularizar su situación.
Poco después, en 1724 Varlet a accedió a consagrar como obispo, sin necesidad del mandato pontificio, al canónigo Cornelio Wuytiers-Steenoven, quien se convirtió en el primero de una larga línea de Obispos autónomos o autocéfalos, seguido de John Cornelius Barchman, en 1733 Theodore van der Croon y el 17 de octubre de 1739 en respuesta a los llamamientos del Capítulo de la Iglesia Católica Antigua de Utrecht, consagró a Peter John Meindaertz, quien había sido uno de los sacerdotes ordenados en Irlanda por +Lucas Fagan, Obispo de Meath y después Arzobispo de Dublín, con el fin de mantener la independencia de la Iglesia Antigua de los Países Bajos, fundada por San Willibrord en el siglo VII. Por estas consagraciones al episcopado, la Sucesión Apostólica de la Iglesia Católica Antigua en Holanda se ha perpetuado.
Monseñor Varlet quien se había ganado el título de "Padre espiritual" de la Iglesia de Utrecht y los obispos consagrados por él y sus seguidores fueron excomulgados por cismáticos: Este cisma marcó el nacimiento de la Iglesia Católica Antigua, que recogió muchos opositores a la Bula Unigenitus. Lo que había existido “De facto” se convirtió en la primera Iglesia Católica autónoma en Occidente y con esto se marca la ruptura de estos Jansenistas con el Vaticano.
Monseñor Dominique-Marie muere veintitrés años después en la Abadía Cisterciense de Rhijnwick (Zeist, Neth.) el 14 de mayo 1742.