¿Qué nos caracteriza en esta línea?
- En Mariología, rechazamos los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción corporal de María a los cielos. No obstante, le recordamos y respetamos como Madre en días especiales según la liturgia antigua, así como los santos. No tenemos problema con las imágenes en los templos aunque somos sobrios para ello, pero mantenemos cierta referenciación por algunos santos.
- Aceptamos el triple ministerio del diaconado, presbiterio y episcopado, constituyéndose así el sacramento del orden.
- No aceptamos el celibato obligatorio para los sacerdotes, pudiendo éstos contraer matrimonio; así como tampoco el episcopado monárquico.
- Reconocemos el primado de Pedro, no admitimos una sucesión directa del ministerio, tal como defiende la Tradición Católica Romana. Los obispos son elegidos por los sínodos, los clérigos y los laicos gozan de igualdad en los sínodos.
- Aceptamos los siete sacramentos, tres de los cuales poseen carácter indeleble, hemos dado reorientaciones a algunos rituales típicos, como son la confesión auricular, es decir confesarse ante un sacerdote de manera libre e incondicional. El bautismo puede ser administrado por inmersión, infusión o aspersión.
- La Cena Eucarística la celebramos en la lengua vernácula en las Iglesias y no en latín, ni de espaldas, y la comunión se distribuye siempre bajo las dos especies.
- Respetamos el ministerio del Papa como Obispo de Roma, no lo reconocemos como la única persona que tiene la potestad de definir la doctrina en cuestiones de fe y moral, antes bien, pensamos que toda la Iglesia debe decidir sobre doctrinas.